lunes, 5 de septiembre de 2011

Un mes más

Dicen que la vida se compone de factores que a veces no son del todo comprensibles. Cosas como trabajar, tener una profesión, casarse, tener hijos, ser "alguien en la vida", son las metas de cualquier ser humano promedio, pero como no todo puede ser miel sobre hojuelas, también están cosas como la enfermedad, la inseguridad, los accidentes y sobretodo, una compañera de ruta que no tarda en darnos el alcance cuando considera que es el momento pertinente, y hablo de la siempre inevitable muerte.

La muerte, esa inseparable contraparte de la vida, naces, creces, te reproduces y finalmente, mueres, cuando llega el momento, no hay nada que puedas hacer para evitarla, el problema es cuando la muerte toca a tú puerta y no precisamente para saludarte, si sólo hubiera una oportunidad de dialogar con ella y negociar una extensión en el momento en que te toca acompañarla las cosas serían verdaderamente distintas, pero ya que no es ese el caso, sólo queda resignarse al momento en que te toque caminar a su lado.

Han pasado ya nueve meses desde que la muerte se llevó a caminar junto a ella a la persona más importante en mi vida y a pesar del tiempo transcurrido, parece que fue ayer, el dolor parece haber menguado, pero el recuerdo de esa persona aún sigue vigente, sigue presente, a mi lado, pero lo que más desearía en éste momento sería volver a caminar con ella, aunque para eso tenga que seguir esperando el momento en que me llame que, personalmente, espero sea pronto.

Te extraño mamá.

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