De oficio: Idol.

¡Minna-san!!!

¡Otsukareina!!!

Siempre dije que uno de los oficios más jodidos, complicados y difíciles que realiza el ser humano es uno que tiene de protagonistas a niñas, adolescentes y jóvenes del lejano país del Sol Naciente, como es el de ser idol, un oficio que la verdad más ingrato, arduo y agotador no creo que pueda existir. Aunque también es cierto que a algunas muchachas puede brindarles algunas satisfacciones, pero la verdad, el precio a pagar es verdaderamente alto y a veces hasta impagable.

Creo que una vez toqué éste tema, del porque creo que éste oficio es un tanto complicado para cientos de muchachas que forman parte de un grupo idol o son solistas, pero siempre enmarcadas dentro del estilo que llaman idol. Más que nada porque al igual que cualquier oficio que se respete, siempre existirán quienes lo denigren con actos que no siempre están conforme a las famosas “reglas idols” o simplemente que de idols sólo tengan el nombre.

Mi Senpai Yukari Higurashi es una creyente a rajatabla de que se deben aplicar las reglas idols si o si y sin dudas ni murmuraciones. Yo personalmente creo que se deberían flexibilizar un poco o hacer algunas concesiones en lo que respecta a su vida privada, pero aunque me cueste reconocerlo, y más aún, yo que siempre fue un abogado de las causas perdidas, creo que la regla del “no novio” es una de las que no se puede negociar. O sea, quieres novio, pues la puerta de salida es bien amplia y has de tú vida lo que quieras, pero mientras sigas siendo una idol que se respete, como que ese ítem no entra en discusión. 

Ahora a que se debe ese radical cambio en mi forma de pensar, después de haber sido uno de los que enarboló la bandera de dejar a las chicas vivir su vida como mejor les parezca. Pues a raíz de un caso que removió nuevamente los cimientos del ya resquebrajado Proyecto 48, con la travesura que tuvo como protagonista a una muchacha integrante de uno de sus grupos insignia. La verdad que soy de la idea de que las chicas tienen (y deben) que tener un espacio para su vida personal y si dentro de ese espacio entra a tallar un novio o pareja, tienen dos opciones. Renunciar a su vida como idol o dejar de lado la relación que tienen. Pero eso no significa que sólo por una imagen rebuscada tengan que crucificarla cuando no muestra nada o ser perseguidas hasta en el baño violando el sagrado derecho a la intimidad.

Pero tampoco se puede pasar por alto el hecho de que si eres una idol y tienes que cuidar tu vida personal, te exhibas como si nada con una persona en actitudes non sanctas y dejando mal a todas las demás, sean compañeras de grupo o colegas de profesión, eso tampoco es para aplaudirlo y menos para dejarlo pasar como si nada, aunque tampoco me apetece sumarme al coro inquisidor, pues soy fiel creyente de la frase “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, y la verdad no estoy en condiciones de arrojar ni un guijarro.

Así la cosa, la verdad que creo que para meterse a idol hay que ser bien valiente, viendo todo lo que tienes que sacrificar y más aún dedicarte en cuerpo y alma a un oficio que ya está demostrado, puede ser muy gratificante a veces, pero en la mayoría de casos te expones a la crítica despiadada y a los comentarios más ácidos por si cantas mal, estás un poco subidita de peso o eres el centro de todo.

Cosas de idols.