domingo, 30 de noviembre de 2014

Carta abierta a Sayumi Michishige.

Querida Sayumi:

La verdad creo que no soy el más indicado para dedicarte unas líneas, considerando que al principio fui uno de tus más feroces críticos, siempre fui uno de los que más te trataban mal cuando conocí al grupo del que formaste parte desde el 2003. Siempre pensé que el que formaras parte de Morning Musume era un absurdo, me preguntaba porque tenías que estar ahí, que era inmerecido, que eras un lastre para el grupo, en fin, creo que no hubo adjetivo negativo que no te endilgara desde que te conocí hace más de siete años.

Pero como tú muy bien sabrás, la vida te da revanchas, con el tiempo me demostraste lo equivocado que estaba, me hiciste tragar una a una mis palabras, me enseñaste que no todo es como lo que vemos a primera vista, me diste una lección muy valiosa, la de no juzgar a nadie sólo por detalles mínimos sin tomarse la molestia de saber como es la persona que juzgas, es más, que no soy nadie para juzgar a alguien y mucho menos para criticar el trabajo de alguien sin base alguna.

Y cuando creía que tu partida no me afectaría en lo más mínimo, ¡caray, pero que equivocado estaba!!! Nunca pensé que tu partida iba a doler tanto. Cuando pensé que tu graduación iba a pasar sin pena ni gloria por mi mente, ahí me di cuenta de lo valiosa que eras, de tu grandeza, que la forma inmisericorde en que un día te critiqué me iba a pasar factura y el precio a pagar eran muchas, pero muchas lágrimas, que tu humildad era enorme, que tu talento, aunque discreto, era más grande que las innobles palabras que un día te dediqué, que tu talla moral era más alta que lo que yo pueda tener, que a pesar de todo, más que una idol, eras un ser humano con virtudes y defectos, pero que lograbas todo a base de trabajo, esfuerzo y humildad, esa humildad a la que ahora apelo para que un día puedas perdonarme por haber sido tan cruel contigo y haber caído tan bajo al criticarte de una manera desmedida, sin darte el reconocimiento que mereces.

Te me fuiste y completaste la partida total del Morning Musume que conocí. Demás está decir que te voy a extrañar, a esa vocecilla tan particular que tenías al cantar, esa preciosa sonrisa que mostrabas a cada momento, a esa personalidad tan magnética que tenías, a la grandiosa Líder que fuiste, a la niña atrapada en el cuerpo de una mujer, a la traviesa muchacha que hacía diabluras junto a sus niñas.

¿Qué eras narcisista? Adoraba eso, saber que amabas tu imagen más que ti misma y que era uno de los detalles más graciosos que tenías. ¿Qué eras inmadura? Vamos, ¿quién no tiene un niño dentro? Todos lo tenemos, pero en ti se ese rasgo se mostraba mucho más y eras una niña preciosa. ¿Qué eras presumida? Y vaya que tenías razón de serlo, pues tu belleza hablaba por ti. ¿Qué eras tonta? Pero eras una adorable tonta. ¿Qué no sabías cantar? Pues que te digo, ¿y eso qué? Ya quiero ver a los que te critican por eso que se pasen más de once años en un grupo musical y que vean que no es fácil. ¿Qué no tenías talento? ¡Ah nooooo!!!!!! Tenías más talento en el dedo meñique que todo el que puedan tener tantos idiotas que te critican, nadie, te aseguro, pero NADIE puede hacer todo lo que tú hiciste si no tuviera talento. Eres brillante. Eres talentosa. Eres grandiosa. Estuviste once años y diez meses en Morning Musume y lo lideraste durante dos años y medio. Eso habla del talento que tienes y ese gusto nadie te lo podrá quitar.

Ahora te vas para hacer otras cosas y estás en todo tú derecho. Ya lo diste todo por el grupo que amaste y amas, dejas un legado que por siempre perdurará, sembraste la semilla que tus niñas se encagarán de hacer crecer y ten por seguro que tus lecciones fueron bien aprendidas y que tus niñas sabrán aplicar. Puedes irte tranquila y con la confianza en que ellas no te fallarán y que trabajarán tan bien como lo hiciste tú. Ellas mantendrán vivo tu recuerdo y podrás sentirte orgullosa de ellas.

Hasta ahora he intentado contener las lágrimas mientras escribía esto, pero creo que ya no puedo. Y no lloro porque estoy triste. Lloro de felicidad, porque a pesar de todo eres feliz y eso me reconforta, pero no puedo negar que dejas un vacío en mi corazón, igual que el vacío que dejaron tus compañeras cuando se fueron una a una. Mis lágrimas no son tristeza, aunque por dentro esté destrozado, quiero sonreír aunque las lágrimas corran libremente por mis mejillas, porque a pesar de todo tú ausencia va a doler, pero si voy a admitir que lloré como un niño cuando supe que terminó el concierto donde te despediste, admito que la tristeza llenó mi corazón, porque eres la última que te vas, fuiste la última en cerrar la puerta de la Platinum Generation y eso dolió. Lloré y perdóname, pero lloré hasta cansarme, pero ahora quiero llorar de felicidad porque sé que no te olvidaré, que siempre estarás en mi corazón y siempre te tendré presente y quiero gritar una vez más, con éste grito que sale de lo profundo de mi alma

¡GRACIAS MICHISHIGE-SAN!!!!!!

¡POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE LÍDER DE MORNING MUSUME!!!!!

2 comentarios:

  1. Me sumo a la idea general. Muchos despreciábamos a Sayumi y nos ha dado una grandísima lección. Ojalá hayamos aprendido y lo apliquemos en nuestra vida. Gracias Sayumi, seguiremos atentos a tu carrera.

    ResponderEliminar
  2. Y claro que todos aprendimos la lección...

    ¡GRANDE SAYUMI CARAJO!!!!

    ¡POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE MORNING MUSUME!!!!!!

    ResponderEliminar