lunes, 1 de marzo de 2021

El precio de un error.



¡Minna-san!!!

¡Otsukareina!!!

A éstas alturas ya todos se habrán enterado del lamentable caso que tuvo como protagonista a nuestra querida Takagi Sayuki (si, lo reconozco, yo también estuve furioso cuando me enteré, pero a pesar de todo sigue siendo mi bebé Sayubee) y bueno, admito que se me fueron los dedos a raíz de la tontería que hizo, pero ahora algunos me dirán, oye payaso, ¿por qué es una tontería enamorarse??? Y no, no hablo del hecho de haberse enamorado, algo natural y muy humano, la tontería fue haberlo ocultado y creer que no iba a saberse en algún momento.

Como mencioné en el post del primer mes, voy a intentar tratar éste espinoso tema sin amarillismos y sin el hígado, pero como el tema es bastante extenso para resumirlo en un sólo post, lo haré en tres entregas, tratando de mantener la objetividad que amerita un tema tan delicado y desde mi óptica, así que no está demás recordarle que es mi opinión, no la postura oficial de la UFA y tampoco es un texto sagrado libre de críticas, así que no se lo tomen personal, así que vamos a ver que pasó.

Todo comenzó cuando Dios creó el cielo y la tierra... perdón, me dejé llevar por lo de texto sagrado, en fin. Todo empezó una fría madrugada del pasado 12 de febrero, cuando en un dramático giro del destino, nuestra archiconocida porquería llamada Shuukan Bunshun, la cloaca amarillista más conocida de Japón, publicó una serie de fotografías que estallaron como una bomba y que mostraban a nuestra bienamada Sayuki, junto a un impresentable que rápidamente identificaron como su posible pareja, noticia que se confirmó con el pasar de las horas.

Así como lo leen. Sayuki Takagi era "descubierta" en una relación con un tipo llamado Yuuri, un dizque "famoso" cantante y autodenominado "El Rey de Shibuya" (para mi un pobre IMBÉCIL y un puto NN) y lo peor del asunto, es que al parecer esa relación ya tenía su tiempito y para remate aparentemente ya hacían vida de pareja (ya saben, dormir juntos, prepararle la cena y esas cosas). Entonces sucedió lo que tenía que pasar. Takagi fue automáticamente despedida de la Up-Front, del Hello! Project y de Juice=Juice, yéndose por la puerta de atrás y sin derecho a reclamos.

Ahora ustedes se preguntarán, ¿por qué habría de molestarme??? La razón es muy simple. Por todo lo que dio Sayuki en sus años como kenshuusei, como miembro del Hello! Project, como uno de los pilares de Juice=Juice y como la grandiosa cantante que es, no se merecía terminar su carrera de idol de una manera tan infame, despedida como una más, yéndose por la puerta falsa, con su nombre manchado, su reputación enlodada y dejándola como una indisciplinada, traidora con sus compañeras y decepcionando a los fans. No. Ella se merecía una graduación por todo lo alto en el Nippon Budoukan, con los fans coreando su nombre, con el calor de sus compañeras y el aliento de todos los que la amaban y respetaban, pero ya no pudo ser. Y eso fue lo que me revolvió el hígado. No que se haya enamorado, no que se haya comportado como un ser humano, no que haya decidido poner su vida privada encima de su carrera como idol, no maldita sea, no, ella no es culpable de nada, aquí su único error fue haber confiado en un IMBÉCIL, que si la amaba como decía amarla, debió haberle aconsejado que se gradúe y no dejarla como pasto de esas fieras del Shuukan Bunshun, que ya sabemos que cuando huelen sangre, al toque se lanzan sobre la presa servida.

Quizás el error de Sayuki fue haber creído que su relación no se iba a descubrir, craso error. En un medio como el japonés, donde las celebridades están bajo el escrutinio público, debió ser más inteligente y pedir su baja a sabiendas que la relación que tenía no podía ocultarse por más tiempo. Aunque no podemos dejar de lado el hecho de que también es muy probable que Tomoko, al ser la Líder, haya tenido conocimiento del hecho, como ya lo tenían en la UFA, pero esa es sólo suposición mía.

Pero ya las cosas están hechas. Ya Sayuki está fuera y no se sabe nada de ella desde que estalló ese escandalete y me da pena saber que quizás se siente mal por lo que pasó, pero prefiero pensar que es feliz, a pesar de que rompió una de las reglas más sagradas que deben seguir las idols.

Una regla escrita con lágrimas...

Nos vemos en la segunda entrega.

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