¡Minna-san!!!
¡Otsukareina!!!
A veces cuando comentamos sobre algo que nos gusta, solemos caer en la exageración o en la alabanza desmedida, quizás porque nos gana la emoción o nos sentimos satisfechos ante lo que nos provoca un gran placer. Pero creo que resaltar el buen trabajo hecho por las chicas esa noche de junio del 2019 no sería exagerar, lo hicieron en grande y de eso no queda duda.
Arrancaron con las baterías al 100% y como dándole la contra a los que creían que estaban destinadas a fracasar nuevamente, después del desastre anterior. Pero ésta vez salieron con todo y aunque no lo crean, capitaneadas por una incasable Sato Masaki, secundada por unas bien establecidas Fukumura Mizuki, Oda Sakura e Ishida Ayumi y contagiando de ese ímpetu a todo el grupo, con una maravillosa Yokoyama Reina, una imparable Kaga Kaede, una brillante Morito Chisaki y unas grandiosas Haga Akane, Nonaka Miki, Ikuta Erina y Makino Maria.
Fue la verdad un concierto excepcional en todas sus líneas. Se les vio un gran cambio en su actitud y en sus ganas de hacer bien las cosas, fue la suma del gran trabajo de todas y la verdad que me rendí nuevamente ante ese poderoso Morning Musume, ese Morning Musume que parecía una sombra de grupos anteriores, pero que en esa ocasión se revelaron en toda su dimensión.
Cabe resaltar el gran trabajo de una de las muchachas a las que solía hacer picadillo en anteriores giras, como es Yokoyama. Hizo las cosas como toda una experta, quizás es su voz su punto débil, como muchas otras que caen en ese aspecto, pero fue su actuación y su increíble manejo en el escenario lo que la hicieron una de las mejores en esa brillante noche.
Y por supuesto, otra de las muchachas que se llevó las palmas esa noche y con merecida razón, fue Morito. De la muchacha apática que suelo ver no quedó ni rastro. Hizo un trabajo de veras genial, pero lo que más me conmovió, fue la fuerza que le puso a su performance, que valgan verdades, me quito el sombrero ante ella y me rectifico ante todo comentario negativo que haya hecho anteriormente sobre su modo de desenvolverse en el escenario.
En resumidas cuentas, éste fue un concierto para el recuerdo, uno tan poderoso como los de antaño, donde todas pusieron su granito de arena para hacer un enorme castillo, todas se dieron íntegras e hicieron un trabajo de veras memorable, no terminaba tan satisfecho al terminar de ver un concierto desde el ya lejano CHANCE! del 2013, mi referente inevitable de los conciertos de la Colorful Era y esas son palabras mayores. Quizás estoy exagerando, pero lo que vieron ese concierto me darán la razón y si lo comparamos con éste BEST WISHES! sabrán de que estoy hablando.
Entonces gentita, que éste haya sido un buen concierto no es porque yo lo diga, ustedes mismos deben de verlo y verán si estoy o no en lo cierto, pero personalmente yo si le pongo un buen puntaje, por la actuación de las chicas, por lo que hicieron tanto Yokoyama como Morito y como se reivindicaron después de sucesivos desastres, por el grandioso trabajo colectivo e individual, en fin, por poder ver a un Morning Musume en todo su esplendor.
Y les doy las gracias a mis chicas una vez más.
¡POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE MORNING MUSUME!!!
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