¡Minna-san!!!
¡Otsukareina!!!
Los rumores. Esos que son la fuente de mis alocadas teorías de conspiración, que sumados a mi fecunda imaginación, son los responsables de que se me ocurra cada desmadre que tengo a bien ofrecerles de cuando en cuando y que provoca que algunos disfruten lo que leen y que otros quieran matarme, pero no van a negar que les dejo la espinita ahí clavada por saber si algunas cosas pueden ser verdad o son producto de mi afiebrado modo de ver las cosas y tratar de explicar las cosas que aparentemente no tienen explicación.
En fin, no quiero explayarme más así que vamos con todo a la historia que les voy a presentar a continuación y que involucra a dos idols, bueno, una idol y una ex-idol, que por una curiosa coincidencia comenzaron en un grupo y terminaron viéndose las caras en otro, pero al parecer ya mantenían una vieja rencilla que databa desde el tiempo que ambas compartían espacios en Country Girls y que se acentuó cuando se vieron obligadas a ser nuevamente compañeras, pero ésta vez en Juice=Juice. Si, hablamos de Inaba Manaka y Yanagawa Nanami.
Cuenta la historia, que por alguna razón nunca aclarada, Yanagawa le agarró cierta ojeriza a Inaba por sabe Kamisama que motivos, lo que hizo que no se llevaran muy bien cuando ambas estaban en Country Girls, lo que ocasionó que la pequeña de orejitas grandes suspirara de alivio (ok, algo exagerado) cuando la Ardilla con Asma tuvo que retirarse del grupo a causa del asma que la aquejaba, valga la redundancia, pero con lo que no contaba Nanami es que Manaka un día regresaría, pero ésta vez como kenshuusei, lo que por el momento tenía sin cuidado a la futura estrella de los PB's.
Pero como el destino es caprichoso, los inefables jerarcas que tienen la sartén por el mango en el Hello! Project, decidieron de buenas a primeras darle una segunda oportunidad (y la última) en el mundo idol a una casi inexistente Manaka, pero no se sabe si por joder a Yanagawa o por mera casualidad, terminó desembarcando en Juice=Juice y dejando con los crespos hechos a Yanamin, que no podía dar crédito a lo que veían sus rasgados ojitos. Su antigua enemiga volvía y lo peor de todo, volvía a ser parte de un grupo donde ella estaba, o sea, ¿cómo dices que dijiste???
Hasta aquí no había nada raro, pues tanto Yanagawa como Inaba apelaron a su profesionalismo y por el momento llevaban la fiesta en paz, pero al parecer Nanami no estaba dispuesta a soportar por mucho tiempo esa espinosa situación y como quien no quiere la cosa, decidió poner pies en polvorosa con la ya clásica excusa de los estudios y anunció graduación sin mediar más explicación que la antes mencionada.
Y bueno, con todo lo expuesto anteriormente muchos se habrán quedado pasmados y con ganas de mandarme un misil tierra-tierra por atreverme a manchar de esa manera el nombre de su sagrada Inaba Manaka, pero como el diablo nunca duerme, me bastó un gesto, un sólo y maldito gesto, para que toda ésta inquietante leyenda cobrara realidad y se mostrara de la manera más descarnada el supuesto odio que se tenían.
Claro, quizás estoy exagerando como otras veces lo hice, pero si han visto el concierto de graduación de Yanagawa, sólo los más avispados habrán notado un pequeñísimo detalle. Cuando Inaba le da su mensaje de despedida a Nanami, por alguna extraña razón se "excusa" y da un pequeño paso hacia atrás, sin darle el tradicional abrazo de despedida, gesto que como bien saben, es casi obligatorio en toda ceremonia de mensajes de despedida a la graduada de turno, tradición que cumplieron TODAS y no fue hasta que se dio cuenta que había metido la pata, que Inaba se decidió darle el "abrazo" a Yanagawa, ¡y carajo!!! Ni el beso de Judas se vio tan falso como ese abrazo, pero el daño ya estaba hecho y con ese gesto tan simple demostró que jamás pasó a Nanami y que además el sentimiento era mutuo. ¿Los motivos???
Dicen las malas lenguas que Yanagawa, con un carácter que rozaba con el de una señorita de la alta sociedad, no soportaba la personalidad tan desenvuelta de Inaba, a la que miraba como a una campesina sin educación ni modales. Pero como siempre digo, cualesquiera que hayan sido los motivos de ese odio mutuo, al parecer si existió y éste se hizo bastante evidente el día que se fue Nanami.
Entonces gentita, a veces la realidad supera la ficción y éste caso nos demostró que nuestras idols son tan humanas, que tienen virtudes y defectos y que aman u odian como cualquiera de los mortales. Aunque algo como ésto es muy difícil de creer en alguien con el carácter tan edulcorado como Inaba Manaka o con una personalidad tan tierna como Yanagawa Nanami.
Ah, pero yo soy el loco paranoico.